10.12.07

Este fin de semana fue bastante duro. Mi hermano se casó en Buenos Aires y no pude ir.

Se que no puedo quejarme porque tengo la suerte de poder ir bastante seguido y estuve en su casamiento en septiembre en Estados Unidos (su mujer es de allá y se casaron primero en su ciudad y ahora en la de él).

Pero me queda ese sabor amargo en la boca. Ese sabor que me recuerda que yo decidí vivir en Barcelona, lejos de mi familia. Eso implica que va a haber otros momentos importantes como este en los que no voy a poder estar presente. Es una sensación que me angustia.

El tema de las migraciones es muy complejo y creo que nunca se lo entiende bien hasta que se lo vive, no es algo que te puedan explicar, hay que sentirlo. Sentir la división interna. No ser de un lugar, pero al mismo tiempo ya no ser del todo del otro.

3.12.07

Los colores nos afectan de muchas maneras, nos generan estados de ánimo, cambian el aspecto de un lugar, nos incitan a relajarnos o lo contrario, nos evocan recuerdos...

El fin de semana pintamos una pared de nuestra habitación de azul petroleo. Un color divino, se llama Formentera, imagino que por el color del mar en esa isla.

Ahora tenemos un pedacito de mar junto a la cama. Es un color intenso y profundo que invita a perderse en las profundidades, del océano o de nuestras almas.

Me gusta la idea de tener una invitación a la profundidad en mi habitación.